El ojo es uno de los órganos más complejos del cuerpo humano, solo por detrás del cerebro. Esta valiosa estructura sensorial es la encargada de captar la imágenes y la que nos permite ver y experimentar el mundo que nos rodea. Además de percibir la luz, nuestros ojos también son capaces de diferenciar entre colores y percibir profundidad.
El ojo es una estructura esferoide con un diámetro vertical de aproximadamente 23 milímetros y un diámetro posterior de 25, tiene un ángulo de visión de 200 grados y puede ver hasta 10 millones de colores y sombras.
Aunque el ojo tenga un tamaño relativamente pequeño, es un órgano extremadamente complejo y está compuesto por una multitud de partes y músculos que tienen funciones diferentes.
Parte externa del ojo.
El ojo de los humanos se encuentra ubicado en la cabeza y dentro de una cuenca ósea conocida como órbita, dicha órbita tiene seis músculos extraoculares que están adheridos a la parte blanca del ojo y permiten que se mueva hacia arriba, hacia abajo, de lado a lado, y también lo hacen rotar.
También se pueden distinguir algunas estructuras diseñadas para proteger él globo ocular. Las cejas impiden la caída de sudor de la frente, los párpados o pliegues finos cubren y protegen la córnea y la conjuntiva de agentes extraños; las pestañas, con sus pelos cortos y rígidos, protegen el ojo de elementos irritantes como el polvo.
Los párpados, además, protegen al ojo de la luz excesiva y, con el parpadeo, propagan las lágrimas para lubricar la superficie del mismo y eliminar cualquier agente intrusivo.
Superficie del ojo
La superficie del ojo y la superficie interna de los párpados están cubiertas de una membrana transparente conocida como la conjuntiva.
Las lágrimas lubrican el ojo y están formadas por tres capas. Estas tres capas juntas se denominan película lagrimal. La capa mucosa está formada por la conjuntiva. La parte acuosa de las lágrimas está formada por la glándula lagrimal. La glándula lagrimal del ojo se encuentra debajo del borde exterior de la ceja (lejos de la nariz) en la órbita. La glándula de Meibomio produce el aceite que se convierte en otra parte de la película lagrimal. Las lágrimas drenan el ojo a través del conducto lagrimal.
Parte interna del ojo.
El ojo como tal se compone de varias estructuras y capas de tejido, las cuales tienen diferentes funciones.
La córnea es una cúpula transparente que descansa sobre la pupila, el iris y la cámara anterior. Ayuda a enfocar el ojo a medida que la luz se abre paso; es decir, permite la refracción de luz y ayuda a que los ojos se enfoquen en los objetos visibles. Además, proporciona la mayor parte de la potencia óptica de los ojos.
El iris es un tejido pigmentado formado por un tejido fibromuscular, conocido como estroma. Este tejido se conecta a un músculo que controla la constricción de la pupila y la dilatación de la misma. El iris actúa como un diafragma del ojo que controla la cantidad de luz que penetra en el órgano.
La pupila es el orificio negro en el centro del iris que regula la cantidad de luz que entra en el ojo. Cada vez que la luz brilla con intensidad, las pupilas se harán más pequeñas y cuando la luz se atenúe, se dilatan.
El cristalino le da al ojo el poder de refracción o enfoque, permite que el ojo se enfoque en objetos intermedios y cercanos. El cristalino delimita dos cámaras que se encuentran rellenas de líquido: la cámara anterior, entre el cristalino y la córnea, contiene el llamado humor acuoso; y la cámara posterior contiene el humor vítreo.
El humor acuoso es un fluido delgado y transparente similar al plasma. Está compuesto por un 99.9% de agua, mientras que el otro 0.1% consiste en azúcares, vitaminas, proteínas y otros nutrientes esenciales. Este líquido juega un papel importante en la salud del ojo. Además de nutrir la córnea y la lente mediante el suministro de nutrientes como los aminoácidos y la glucosa, también mantiene la presión intraocular, transporta la vitamina C en el segmento frontal y proporciona inflación para la expansión de la córnea.
El humor vítreo es un líquido claro e incoloro, con una consistencia gelatinosa, que llena el espacio entre la lente y la retina del ojo. Está compuesto en un 99% de agua, mientras que el resto es una mezcla de colágeno, proteínas, sales y azúcares. Desempeña un papel vital en la protección del ojo. Ayuda a mantener la forma esférica del mismo y mantiene la retina en su lugar.
La esclerótica, comúnmente conocida como la parte blanca de los ojos, es la capa más externa y más dura que da forma al ojo. Esta capa fibrosa contiene colágeno y protege los componentes internos del ojo.
La coroides es una pequeña capa vascular que se encuentra entre la esclerótica y la retina del ojo. Proporciona nutrientes y oxígeno a las capas externas de la retina, a través de los vasos sanguíneos.
La retina es una membrana sensorial compleja que cubre toda la superficie posterior del ojo. Esta recibe las imágenes y las transforma en señales nerviosas que serán transmitidas al cerebro a través del nervio óptico. Las células de la retina son sensibles a la luz, y transforman la información luminosa en impulsos nerviosos. Está compuesta por tejido nervioso. En la parte central existe una zona, la fóvea, con una gran concentración de conos, la cual es la región con más agudeza visual.
La mácula es una zona de la retina donde hay gran concentración de fotorreceptores. Responsable de la visión central, que permite entre otras cosas distinguir la cara de las personas y leer.
El nervio óptico, también conocido como segundo nervio craneal o nervio craneal II, se encuentra en la parte posterior del ojo y su trabajo es transferir información visual desde la retina hacia el cerebro, a través de impulsos eléctricos. Las imágenes captadas por el ojo izquierdo llega al hemisferio derecho del cerebro, mientras que las captadas por el ojo derecho llegan al hemisferio izquierdo. Luego, el cerebro elabora la imagen definitiva. Está formado por células ganglionares o células nerviosas. Además, está compuesto por millones de fibras nerviosas.
¿Cómo funciona el proceso de la visión?
La luz se refleja desde el objeto que estamos viendo y entra al ojo a través de la córnea, la luz viaja a través del humor acuoso, el cual llena pequeñas cámaras detrás de la córnea, nutre el ojo y ayuda a retener la presión para ayudar al ojo a conservar su forma.
A medida que la luz continúa, pasa a través de una abertura llamada pupila, el punto negro en el centro del ojo. La pupila está rodeada por el iris, la parte del ojo que tiene color. El trabajo del iris es controlar cuánta luz deja entrar la pupila en el ojo.
Luego, la luz penetra en el cristalino, una estructura transparente que trabaja con la córnea para desviar la luz y enfocarla en la retina, que se encuentra en la parte posterior del ojo.
Pequeños músculos elásticos, conocidos como músculos ciliares, que están unidos al cristalino, lo ayudan a cambiar su forma para enfocar a varias distancias. Cuando estos músculos se contraen, la curvatura del cristalino aumenta, lo que nos permite ver objetos que están cerca. Cuando estos músculos se relajan, el cristalino se aplana, lo que ayuda con la visión de largo alcance.
El gran espacio detrás del cristalino, en la parte posterior del ojo, está lleno de una sustancia transparente similar a un gel, llamada vítreo. El gel ayuda a mantener despejado el espacio en el centro del ojo para que la luz pueda llegar a la retina.
Desde allí, la luz llega a la retina, una capa delgada (y sensible a la luz) de tejido que recubre la pared posterior del ojo. En la retina hay millones de células incrustadas sensibles a la luz, llamadas fotorreceptores. Hay dos tipos: conos y bastones. Los conos son responsables de producir la agudeza visual del ojo (ver las señales de tráfico al conducir y las letras pequeñas al leer o reconocer detalles faciales como el color de los ojos de alguien), así como la visión del color.
Los bastones se encuentran principalmente en los bordes exteriores de la retina. Son más sensibles a los niveles de luz más bajos y nos ayudan con la visión nocturna, lo que nos permite ver en una habitación con poca luz, por ejemplo.
Estas células trabajan juntas en la retina para detectar y absorber los rayos de luz, luego convertirlos en señales eléctricas, que después se envían a la corteza visual en la parte posterior del cerebro, a través del nervio óptico en la parte posterior del ojo.
El cerebro interpreta estos impulsos y convierte las señales en las imágenes que vemos.
Fuentes
Turbert, D. (2021). Partes del ojo y como vemos. Extraído de: https://www.aao.org/salud-ocular/anatomia/partes-del-ojo
Brill Pharma. (s.r.). Partes del Ojo y sus Funciones. Extraído de https://www.brillpharma.com/anatomia/partes-del-ojo/
Castillo, S. (2019). Conoce la anatomía del ojo. Extraído desde: https://www.coi.org.mx/conoce-la-anatomia-del-ojo
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